PEBELTOR

n15

Mayo, 2019


Todo se puede hacer, comparar y respetar.
Yo mismo hice una sesión de spinning:
con Camela, y otra con Queen;
sobreviví a la primera.
Fui un ganador.
Costó, sí.
Pero...
ufff.

Acabé como una muñeca rota, desmembrado.
No obstante tenía una salida: escribir.

¿Todavía no te lo crees?

A buen juez, mejor testigo

Los últimos personajes que ideé eran la familia
Peterson, allá en Chicago. Ahora estoy trabajando sobre Los Hunos,
esos bárbaros que llegaron a superar la Muralla China.
Se parecen:
no había maletas, tal y como las concebimos;
ni llaves o muñecos de peluche como los de ahora,
sí navajas, cuchillos. Y leyes, más claras que nunca.
Sobre si bailaban como tal, lo desconozco, lo trabajaré;
así como sus vestiduras, acentos y querencias. Guerras.
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Por duros, certeros y amargos,
hasta se establecieron
los desalmados
necesarios:

Si les contamos siempre a los niños cuentos de niños
¿cómo llegarán a adultos? Es tan sencillo como eso.
Que también los habrá, y para los mayores.
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No tengo duda, hay verdades sospechosas.

Es lo que le queda por delante. Sí.

Seré prisionero por partida doble:

un escritor vive y escribe.
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Porque nos parecemos demasiado:
todos...
Pero,

he de tener paciencia,

que hay que crear todo un pueblo...
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Hasta tanto no tendré miedo,
sigo deseando.
¿Hasta dónde llegarías?

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