Ese día pensó en cambiar la madre, abogando por tirar las flores, tan extraña y normal, como si tal cosa. Se iba a reciclar y le estorbaba todo, por descontado, primando el interés del momento. Pero claro él llegaría y preguntaría, indudablemente.
Lo que ni su hija sabía era que se había borrado la cara. Su propia madre ya no lo era tanto. Para cuando le preguntase la joven, estando guardando las fotos, debía estar segura, manejándola sin pesar y tratándola como adulta, con la certeza de que no habría pasado nada. Era una voluntariedad aceptada.
Un buen amigo siempre estaría libre. Una cosa era el vino y otra el amor. La frontera de la edad volvería a ser básica.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…