Categories: Extraños (Blog)

La puta droga

Yo también le tenía un sitio reservado, para querer desaparecer un ratito. Una madre no le cuenta a una hija que está mal; ni los demás días. Que no hubiera nadie dentro de mí no era una novedad.

La joven pintora siempre me trató bien, aceptaba que estuviera a su lado. Disfrutamos de su beca de verano. El círculo artístico nos contuvo. Nunca se debe subestimar el poder curativo del odio, ella lo expresaba así: corrección y evolución. Yo prefería los cuadros que contenían la mar… Y ni aun así llegaba.

Todo suma, ¡vaya que sí!, nos era un tiempito más. Mientras, se aireaba la casa; al volver cogíamos el correo; éramos curiosas e inquietas la verdad… Sólo cuando todo estuvo en silencio lo hice, necesitaba ese extrañar. Me preguntó mi nombre.

Pedro Belmonte Tortosa

Share
Published by
Pedro Belmonte Tortosa

Recent Posts

Dos sillas, una mesa, nadie

Guardado quedaba lo que fueron el uno para el otro, más allá de lo visible de dos sillas, una mesa…

5 días ago

Pasar más tiempo juntos

Después de malgastar su tiempo en quehaceres despreciables se volvieron a encontrar. Nunca les gustaron las armas, pareciéndoles vulgares. Su trabajo…

2 semanas ago

La habitación cerrada

Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…

3 semanas ago

La mujer que leía en negro

Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…

4 semanas ago

Un cuerpo para el pecado

Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…

1 mes ago