Lo tenía todo, y no tenía nada

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    ¿Qué es?

    Es un correctivo a la hija adolescente de un magnate, que la fuerza a suscribir un contrato y la asciende al mayor imperio conocido, casi que relevando a la mismísima reina Isabel II. Otra, que Lo tenía todo, y no tenía nada. Ese multimillonario anglosajón hizo bueno el dicho por el que “los neoyorquinos no sabían a quiénes tenían de vecinos”.

    Alguien que supo sacar un beneficio a todos y cada uno de sus actos, sabiéndose rodear, que también dejando caer a sus peones. Un tipo sinigual, como esa naturaleza salvaje y circular que ya iba siendo maldita, por incontrolable. La prioridad absoluta era la Reina. La de casi todos. Y Cynthia, ¿hija y reina?

    ¿De quién trata?

    Del señor Lowell C. Denson, rico por antonomasia. Y su hija Cynthia. Rebelde y sin madre. Los perros corgis de la corte de Inglaterra y su mediática aristocracia. Destacando Esther Doña, una institutriz paraguaya, así como Texas, el negro que hacía de chófer, y por supuesto un expolicía, Friedman, apodado Fort Apache, más malo que los malos. La madre de Cynthia, falleció a tiros.

    Como secundarios podríamos nombrar al oficial de enlace Henry Farrell, y a Charlotte, que estaban en la trastienda del poder; del mismo modo al chef McGrady, un cocinero real con estirpe que sencillamente se daba a su oficio; sin olvidarnos de las restantes damas de compañía, destacando a la jurista Alicia Witt. El sheriff Ryan y su primer ayudante (Dakota Johnson) tuvieron su momento de gloria, tanto o más que Alexander (que trabajaba los olores) y Sam (el peluquero), o el mismísimo gaitero real. Pero Lili, o Lilibet, era el apodo de la Reina Madre.

     

    ¿Cuándo se desarrolla?

    Justo el año que la corona británica celebra los ciento ocho años de su monarca, la más longeva de la historia conocida.

    En el verano de 2021 ya tenía noventa y cinco años Isabel II, enviudada, pero aún con mando en plaza, la que de pose y tonta no tenía nada a su edad. Alguien que, incluso en su tronío, debió aprender a obedecer y jamás mirar la hora: caballo de feria y de tiro.

     

    ¿Cómo se trabaja?

    Nada mejor que los imprevisibles acontecimientos como para datar la naturalidad bien medida. Primero se relata un contrato a modo de escarmiento (de un todopoderoso padre a una hija mimada) y el apremio para que Cynthia gaste la nada reprochable cifra de veinte mil al día, con la condición del tener que buscarse la vida.

    Tras ello, se descorren las cortinas de la sociedad que obedece a las reglas no dichas y la ambición -casual o no- de llegar al tótem de integridad y sacrificio de adentrarse en la familia real británica. Todos esos entresijos de lo moderno y lo viejo comulgan con numerosas conversaciones para saber cómo piensan y cómo actúan los que gestionan La Firma como si Dios fuera mujer, esclavos de su país/es y de sus rangos, legitimando las interminables obligaciones.

    ¿Dónde sucede?

    Todo comienza en Nueva York, donde las putas lo tenían todo muy claro, pareciera deducirse. Y transcurren los primeros días/semanas en esa Norteamérica cambiante. El desdén monárquico súbito y salvaje se va dejando caer conforme se suceden los acontecimientos, ya sea, la colonia Amish donde se refugian, entre otros lugares, o el pueblo de Esme donde son capturados y han de subirse al autocar escolar Apolo 13 para acabar en la embajada británica en Washington.

    Pero sí, están algunos de los mejores castillos y palacios de Gran Bretaña (Buckingham, Kensington, Balmoral, Sandringham, Westminster) y el mismísimo Parlamento británico con sus menesteres y el rancio abolengo. Sin embargo, la ciudad de Leeds, o restantes países, como Finlandia, tienen su aquel, sobre todo al desencadenarse una estrategia de alianzas mundiales.

     

    ¿Por qué?

    Porque jóvenes y adultos quieren lo mismo. Porque la riqueza tiende a la riqueza, y porque los clichés y las categorizaciones sociales no se suceden solas. Y mentir es difícil, casi tanto como ocultar las nubes que preceden a la tormenta. Misivas y confesiones que se traman y cifran alienándose el poder con la suerte y las tradiciones.

    A todo esto, con ese nuevo orden mundial, en la postguerra (Tercera Guerra Mundial); y con el cambio climático haciendo de las suyas, plantando cara a las Norteaméricas, China, Rusia y demás, habiéndose quedado la Vieja Europa muy atrás (llegando otra vez tarde a la libertad).

    ¿Para qué?

    Difícil concebir algo más acertado que la necesaria muerte de alguien cuando llega al final de sus días. Y si es reina madre se debe a su relevo, que regenta (echando en falta el verdadero sostén de los suyos).

    De eso se aprovecha el tal Lowell C. Denson y su cohorte, que están, como ricos que son, en su construcción del mundo dejando migas de pan con actos magnánimos y sostenidos, y otros tantos menos elocuentes, pero más efectivos para consigo mismos, como entronizar, o procurarlo, a alguien de los suyos: Cynthia.

    Una joven que debía crecer rápido, y eso que no quería. La mujer que tenía en su mano la llave de muchas puertas, negocios y países; Estados más bien. Y a un pretendiente prototipo (Hugh), duque, que pareciera vivir solo para sí.

     

    ¿Qué formato se aplica?

    Se escribe en prosa hasta para llorar de emoción si hubiera que hacerlo. Y en las delicias gastronómicas y aristocracias varias, con simpatía y sereno estoicismo, por entre la frialdad y los simbolismos del mayúsculo secuestro y la casi ascensión a la corte del Reino de Inglaterra.

    Iba a ser la historia de un secuestro de tantos en la millonaria Norteamérica estadounidense, pero el señor Lowell C. Denson y su inmensa fortuna no podía dejar escapar su oportunidad de aspirar al trono de Inglaterra.

    Miseria e hipocresía, que, sumadas a la riqueza y las mujeres, así como a esos súbditos que en todos los reinos perviven, dan cabida a la transformación de Cynthia, hija adolescente del magnate, que nunca antes pudo haber soñado la dimensión de sus actos.

    Y de guerras se trata, como la Tercera Guerra Mundial, acaecida poco antes de que la reina Isabel II cumpliera sus ciento ocho años, la mayoría reinando, soberana de tantísimos países y personas, también negocios. Una que Lo tenía todo, y no tenía nada.

    Es la contraportada del mundo conocido, del tenerlo todo y no tener absolutamente nada. Del mundo a media voz, donde engañarse y sobrevivir. También lo peor del género humano. Porque había un hueco para cada persona, y no era cuestión del bien o del mal, sino de saber hacerlo y de tener o buscarse la oportunidad y las suertes.

    De los personajes esenciales, algunos ya nacieron con el calendario en contra; y los que siempre fueron pobres idiotas necesitaron dibujos hasta para morirse en paz.

    Era la dramática América, el perjudicado mundo, y la propia Reina Madre. Indefectiblemente: rastro, destrucción y dolor. Lujo, mucho queso que comer, y negros y blancos.

    Las mujeres tienen un problema de salud del que apenas se habla” decía el magnate, poderoso y manipulador por entero. Confluencias, tácticas y situaciones patrimoniales que radicalizaban aún más si cabe al ciudadano medio estadounidense.

    Todo ello, siendo la aristocracia algo más que “divertidas mujeres de ojos azules barruntando ganas de triunfar”, a los que no les costaba mucho sentarse en la mesa para apostar o para darse a una bacanal y vomitarla. Y Leeds, la ciudad más cool de Gran Bretaña, no muy lejos de ese escenario de cine en el que se convirtió todo.

    En fin, naturalezas, diarios, institutrices, policías, amantes y personas que cada día aprendían a amar más a su país: besos y miseria. La corte siempre necesitó de extrañas amistades, de voces claras y limpias, de una pantomima de banderas, y de sentires de hojaldre. 

    La niña
    El reglamento
    La vida negociable
    Café amargo
    El palacio de hielo
    Acabarán bailando
    Cuando la nieve
    ¡Bendito calendario!
    El amante más minucioso
    El lujo
    Aquel parque de los viejos
    Una mirada, un perfume
    Sin tiempo
    Demonios
    Los olvidos
    Besos y miseria
    Ojo por ojo
    Una puta
    Otro mapa
    Rinoceronte negro
    Figura
    Sin vergüenza
    Box 7
    El cocodrilo
    Leeds
    Estado de los Estados
    CYNTHIA A. DENSON (hija del magnate) -Lilibet-
    LOWELL C. DENSON (padre)
    INSTITUTRIZ  (Esther Doña, también Agata y Lady Penny)
    EX POLICÍA (Friedman, Fort Apache)
    TEXAS (Chófer, Ralf)
    CHARLOTTE (amiga de la hija)
    Madame Claude (el pretendiente de la hija) –Hugh, Roquefort

    OTROS:
    • Henry Farrell: (oficial de enlace)
    • Eliza, Varinka, Caroline (criadas)
    • Alexander: Trabaja los olores con Cynthia, por encargo de su padre
    • Sam: Peluquero de Cynthia
    • Lili: Reina Madre, Lilibet
    • Alicia Witt (asesora legal)
    • McGrady (cocinero)
    • Sheriff Ryan
    • Dakota Johnson (primer ayudante del Sheriff)

    Buckingham; Reina Isabel II; Cynthia; Lowell C. Denson; Nueva York; Tercera Guerra Mundial; Fort Apache; Texas; Esther Doña; Peque; Leeds; Embajada Reino Unido en Washington; Apolo 13; Autobús escolar; Esme; Farrell; Pedo viejo; Caballos de tiro; Desvelo de la venganza; Línea Sucesoria; Romanov; Amish; Friedman; Institutriz; Secuestrar; Veinte mil al día; McGrady; Cocinero real; Sheriff Ryan; Rolling Stone; Perros corgis; Coronación; Four Season; Boda real; Eaton Easter; Ex policía…

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