No vale dinero volar. Nada más termine de pecar me arrancaré y volaré, pecando, en un alto riesgo a prueba de ilusiones. Y si pareciera mera retórica, que lo parezca, que yo volaré; es mi pócima, pocas lo pueden disfrutar… ni una mueca nos dejan. Habrá gente que no sepa porqué. Pero a mí, ahora, que ya no soy tan niña, no me absorbe esa paz tan importante. Quiero un sol hidalgo, quijotesco, con molinos, aspas y castillos; de todo, de todo menos posar así. Otras realidades mucho menos malas… de las que poder extrañar de veras, y no estas pólvoras y engaños de cercanías, que no traen más que atardeceres en copas cuando una llega a casa y se ve como lo que es: la mujer olvido.
El Gabo también lo dijo, casi sin inmutarse pero hijo de la ira a partes iguales, con su sol a medianoche y tantas casualidades convertidas en pérdidas: “ninguna persona merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará llorar”.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…