Pudiera ser que los estorninos sepan si los ángeles están tristes, pero no lo dicen. Ello, unido al poco valor de los vicepresidentes o quienes ostentan cargos de relevancia en segundos términos, en esta sociedad donde el dinero y la información es lo que más comunica, a uno le llena de reflejos tal que las motas de polvo pueden hacerse imprescindibles. Todo llega a su fin, aunque por entre esas presencias siempre se nos vislumbren ecos, nexos, lazos.
Una bici sin ruedas no es una bicicleta. Un coche sin asientos no deja de ser mecánica y chapa. Y circunstancialmente o no, hemos convertido los muchos tipos de hambre en parte de lo socialmente aceptable, aullidos sin dedicatorias. Los detalles importan casi más que las trampas.
No sé. Si se protesta, a lo más que se llega es a mezclar lo religioso con lo profano, convirtiéndolo todo prontamente en una subasta de figuraciones y realidades a conveniencia, pero ¿acaso quieren hacernos creer a los ciudadanos, unos y otros, que toda demencia es sobrevenida?… Quisiera de esas otras variables, de quienes por trabajo tienen otras percepciones, dando equilibrio como para compensar esas opresiones de los círculos de poder. En alguna ocasión me creo hierro, corroyéndome infame. A este paso, pájaros o no, todos vamos a ser extraños.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…