Categories: Extraños (Blog)

Sordas miradas

-Hemos vuelto a los Sesenta: podemos hacer cualquier cosa, pero hacemos lo mismo -apostilló el coronel, obligado también a desdecir a los de su pinganillo-. Te mienten para no perderte y te pierden por mentirte

El amor era un beso inesperado en la frente, y así sucedió. Un paréntesis en la omnipotencia de la carne, los voluptuosos balanceos y los transparentes tejidos a la luz de las candilejas cargadas de sordas miradas.

PEBELTOR

A buen juez, mejor testigo

Pedro Belmonte Tortosa

Share
Published by
Pedro Belmonte Tortosa
Tags: beso inesperadoLa frágil moralte mientente pierden

Recent Posts

La habitación cerrada

Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…

4 días ago

La mujer que leía en negro

Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…

2 semanas ago

Un cuerpo para el pecado

Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…

3 semanas ago

Cara de susto

Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…

4 semanas ago

La gente de las ventanas de enfrente

En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…

1 mes ago

Gánate mi perdón

Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…

1 mes ago