-Hemos vuelto a los Sesenta: podemos hacer cualquier cosa, pero hacemos lo mismo -apostilló el coronel, obligado también a desdecir a los de su pinganillo-. Te mienten para no perderte y te pierden por mentirte.
El amor era un beso inesperado en la frente, y así sucedió. Un paréntesis en la omnipotencia de la carne, los voluptuosos balanceos y los transparentes tejidos a la luz de las candilejas cargadas de sordas miradas.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…