Categories: Extraños (Blog)

Celdas abarrotadas de hombres sucios

Después de pasar casi dos años en celdas abarrotadas de hombres sucios, durmiendo con las piernas encogidas, áspera y sin ni poder distinguir límite alguno a la moral de tantos, sumaba meses y restaba semanas tal que una diosa rubia de la abundancia.

Sin sobresalto, cada día, al quedarse sola su repentina condición le pedía echarse al suelo y sin pretender reconocer cara alguna de aquellos dos o veinte años, mimetizarse e ir dejando a un lado aquel tono cetrino asociado a la peor enfermedad.

Pasar de ser mercancía robada a todo un beneficio razonable tenía esas cosas. Convencer al carcelero fue lo más dantesco que se le pasó por la cabeza, y su puerta trasera. Dos años, veinte o doscientos le tocaría vivir junto a él, y luego sería libre de veras.

Su agonía muda era capaz de digerir piedras en ayunas, después de todo, por aquello de ir con todo al aire y la boca tapada. Llorar veinte minutos en un grado supremo de expresión de la más humano, y sentir el sol, el viento, la lluvia y el polvo no era una extraña coincidencia, ni una recompensa, sino los primeros años… los años de las decisiones… los años del conocimiento. Y todo lo hacía por su hija, la que quería ser domadora de dragones, llena de verdad. 

Pedro Belmonte Tortosa

Share
Published by
Pedro Belmonte Tortosa
Tags: agonía mudabeneficio razonableceldas abarrotadasdiosa rubiamercancía robadapiedras en ayunastono cetrino

Recent Posts

La habitación cerrada

Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…

3 días ago

La mujer que leía en negro

Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…

1 semana ago

Un cuerpo para el pecado

Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…

2 semanas ago

Cara de susto

Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…

3 semanas ago

La gente de las ventanas de enfrente

En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…

1 mes ago

Gánate mi perdón

Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…

1 mes ago