Era un problema de solución imposible. Y a veces las caras lo decían todo. Es por eso, que había más: una mujer. Fue y es nieve de verano, una mentira piadosa, y el duelo por un consuelo forzoso: nos buscamos mutuamente. Todos sus nombres los repito a cada segundo. No es ese mi trabajo, pero lo hago. Muchas veces, las personas, como los animales de un zoo, no saben que van a extinguirse.
Y para eso me dejo la piel, se ha ganado su derecho. Sabe que hay lugares, miradas, que son viento sobre el mar. Además, primero sentí lluvia en los zapatos; no sabía qué decir. Parecía que mis recuerdos eran suyos, como con la estrella que se alzaba en el cielo, inalterable por el tiempo, inmune a la muerte. Ese era el problema.
Si quieres algo de la vida, necesitas no tener miedo, pero uno… no siempre se acostumbra a cómo son las cosas. Es la mitad de la batalla. Eso me curó el juicio como escritor, más mis actos no fueron del todo silenciosos: era una mentira piadosa. Le dije que podía irse a casa.
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…
La primera vez que le seguí se llegó hasta un extraño lugar de su calle, al comienzo de la parte…