Esa sala de techos bajos y una barra que guarda más vicios que en lo real, ¡cuánto cariño!, ¡y qué cuadro! Al principio, claro, empecé y no era accesible, luego ya con media vida y con lo que me ha pasado, como para nunca imaginar… ¿Me hace falta?, no sé muy bien… sería una sola palabra.
Yo calculo que tocar le toqué seguro. Ahora sí que parece un mandatario. Pase lo que pase, seré fiel escudera. No reclamaré, todos tenemos nuestro escaparate y nuestra trastienda. La sorpresa fue ese momento, cuando la silla de ruedas; salí de allí casi estupendamente, y por detrás venía la gerente, diciendo –oye, palabra de mujer ¡eh!, si te acuerdas es que no estabas allí-. Tanto tiempo luchando, que no me lo termino de creer… si quisiera… Qué extraño.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…