Categories: Extraños (Blog)

La carne de los románticos

La belleza y la alegría se teñían de un profundo sentimiento de pérdida y desesperanza en un futuro lleno de incertidumbre. La nostalgia, ese hábito que le inculcaron desde niña, venía a serle su línea del horizonte. Le daban pena hasta las baldosas del suelo.

No obstante, ella hacía el tipo de cosas que cualquier otra mujer haría, dándose a la naturaleza secreta de las cosas como si nada, como si nadie, como si todo y, en días, se trasladaría a su nuevo puesto de trabajo, lejos de él. Al menos, era lo que solicitó tras años de perplejidad y amor exhausto, incapaz de cumplir las reglas que ella misma se autoimpuso, con una atención reducida y dispersa, impedidos por no saber darse amor.

Él, también tenía la impresión de que estaban en el Titanic.

Pedro Belmonte Tortosa

Share
Published by
Pedro Belmonte Tortosa
Tags: Línea del horizonteNostalgiaTitanic

Recent Posts

Pasar más tiempo juntos

Después de malgastar su tiempo en quehaceres despreciables se volvieron a encontrar. Nunca les gustaron las armas, pareciéndoles vulgares. Su trabajo…

20 mins ago

La habitación cerrada

Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…

1 semana ago

La mujer que leía en negro

Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…

2 semanas ago

Un cuerpo para el pecado

Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…

3 semanas ago

Cara de susto

Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…

4 semanas ago

La gente de las ventanas de enfrente

En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…

1 mes ago