Lo recuerdo como si fuera ayer. Eso sí que fue un discurso motivacional, lo que precisaría yo; este sofá que lo llena todo y yo ya tenemos toda la magia que necesita mi interior. Quiero volver a tener la capacidad de imaginar un mundo mejor, saber que es mi momento: esa unidad mística presente en lo profundo de las cosas que me falta. Esto está empezando a ser como lo de beber agua cuando te desangras, que por mucho empeño en tal vulnerabilidad, centímetro a centímetro es como vivir el antes de morir, desentona, reprueba… muchas voces y una en el centro de la diana.
Sin milagro sigo ingenua que no hambrienta. Así no es posible hacer nada grandioso que me entusiasme. Quizás esté ya en el infierno y no sea tan malo, y lo de la adversidad sea esto: no tener ni secretos o lamentos. Soy tan libre que hasta los consejos de ancianos me parecen útiles, dan juego.
Por lo menos caí hacia adelante… fuimos héroes el todopoderoso sofá y yo, llevaría mil y pico intentos hasta que me salió. Y no dejé a nadie atrás, nadie. Claro que este ha sido en un día de diario; mi jefe debe estar echando pestes. Ya me sé su discurso, que no lo que más daño me hizo. Ni lo extraño:
-¡Niña!, has sido tú la que me has hecho correr riesgos. ¡Al infierno! ¡Despedida!
El caso es que tras aquello cualquier día es como un mal fin de semana. ¿Estaré sobria?
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…