Amor dormido, pleno amor.
Ya se alargan las tardes;
los tréboles nos vuelven.
Ese hondo sueño del verano queda aciago,
y ni a media voz se piensa en la salvación.
De la nueva primavera aún nada,
nos queda un invierno, todo,
y las melenas del otoño.
¡Cuán advenimiento!,
el que yo fui y te espera.
Hay tan poca plenitud,
luz nada más, que rodeas
y subyaces insomnio.
Trébol, trébol,
trébol desnudo:
extraño.
Y delicias…
¡Qué poder más soberano!
El mar es un olvido,
delicada masa.
¡Cuán raudal fantasma!,
¡cuán olas arrastras!
¡cuán espaldas!
Piedra, papel,
madera.
¡Cuán carne recuerdo!
Ahí, remoto,
noble.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…