Ya resuenan las modernidades de ciudad,
alguien dice algo, alguien toca algo;
sí, yo mismo lo he comprobado,
se remueve mi propia vida.
Cosas que cambian los para siempre,
cosas que hacen llorarlo todo, sí,
cosas que cambian la piel,
el humor y el orgullo.
Por ser tan de donde somos,
de aromas de arenas,
lo inútil de todo,
sí, seguro.
Es la lepra del tiempo,
amargor local,
extrañar,
sí.
Guardado quedaba lo que fueron el uno para el otro, más allá de lo visible de dos sillas, una mesa…
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Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…