Categories: Extraños (Blog)

Juicio, y a seguir

Esas señoras quisquillosas, cuya paz y tranquilidad reinaban en algunos, llevaban años cuidando a jóvenes, de unos y otros, sin insinuantes escotes.

Uno de ellos, un día, dio un golpe en la mesa, convertido en un genio:

-¡Esto no puede ser! Este antro ya no me gusta. Me largo. Oléis raro, a ese jabón de lagarto- medio gritó enloquecido.

Ella, la más mayor, miró embriagada, a sabiendas que las paredes eran de papel. Pero no actuó como los demás. La otra se fue a echar las manos buscándose unas monedas, guardándose el hormigueo en el estómago… hasta que suscitó cierta inquietud en esas pequeñas diferencias, siendo susurrada con delicadeza por el murmullo dantesco de la otra, perro viejo.

-No, esta vez no. Nos vamos encarcelando en nuestra propia prisión. Que difame si quiere– aportó ya con voz de clarinete esa mujer mayor.

-Eres otra puta decepción- le convidó él, dando voz a su testimonio.

Por razones obvias las piernas les temblaban a las ancianas.

Sin embargo, él, que se sentía en su derecho, bufando hallaba su dinamismo procurándole unos ojos vidriosos a la más famélica, quien a punto estuvo de seguir canalizando ese estrés con la limosna de los pobres y las suertes, fiel como un perro: siempre el mismo día. Los viernes.

-¡No hermana!, antídoto- le espetó con una risa complaciente, y menos enjuta que su alter ego. -Empezaremos de cero- le añadió a ese extraño con la profundidad de lo simple.

Pedro Belmonte Tortosa

Share
Published by
Pedro Belmonte Tortosa

Recent Posts

La mujer que leía en negro

Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…

4 días ago

Un cuerpo para el pecado

Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…

2 semanas ago

Cara de susto

Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…

3 semanas ago

La gente de las ventanas de enfrente

En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…

4 semanas ago

Gánate mi perdón

Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…

1 mes ago

No era paz, era silencio

La primera vez que le seguí se llegó hasta un extraño lugar de su calle, al comienzo de la parte…

1 mes ago