Berta, en su alegría y desvelo, le hizo viajar a lugares no para conocerlos, sino para confirmarlos. Sin prisa febril. Simplemente perfectos. Más estando en la cama con el hombre inapropiado en esos desnudos de disparate y esos malos tiempos para el país, queriéndose como leones, con imperdonables mordiscos y ese sonido de la alfombra urdida por la música del hogar, olvidándose por unas horas dónde estaban y quiénes eran.
El agua, cuando viene,
viene con las escrituras que son suyas.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…