Hacia Pompeya se presentía algo más, quizás porque junto al volcán todo era sumamente taimado y latente, cuales entrañas de una madre. En todo ese tiempo se respetaba más que en el norte u otros países lo que iba sucediendo, como si hondamente, años antes, aquellos que por alguna razón habitaban tal lugar, se hubieran hecho una idea previa de la caricatura en la que podía acabar el mundo conocido. Por seriedad, los clientes habituales de los bares que se saltaban la orden de cierre racionaban los cafés. Los gimnasios habían sido cerrados sin necesidades de ambages o asentimientos a la ley. La gente se tapaba la boca para hablar, como si fueran futbolistas o deportistas de élite siendo grabados. Y toser, ya se tosía hacia la doblez del antebrazo, por el codo. Un efecto de audacia que los más jóvenes fueron imitando en horas en las que pocos se movieron ágilmente.
Si no millones, muchos miles de habitaciones cerradas había como esas. Vivían con ese rencor, más bien dolor. Se llegaron…
Quedaría el olor del tiempo pasándoles la vida como un raro espejismo. Negro porque estaba desnuda, porque lo hacía como…
Venía de ser un testigo mudo. Muerte, resurrección y muerte. Sin tabaco, que era de una generación sin humo. Parte…
Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le…
En mala ilusión cabía la paz, y eso que no pretendía volver a ser lo que era. Enfermo del cuerpo…
Nadie elegía su propio destino, ni donde descansaban las flores. El desasosiego de nuestro tiempo los hacía caminar como gatos…