La habitación del pánico… Me río yo de su pánico, ¡y que la primera vez!… Tiene que entender una cosa antes de nada, y se lo haré ver bien clarito: hay gente más solitaria y ocurrente. No sabe lo que le espera a ese de tan alta cuna. Ni concentrarme en leer puedo de lo que le va a doler de gusto. 

Va a vivir sin permiso una temporadita… O quizás no, lo mismo hasta ni ignoramos la debilidad detrás de ese bocado de realidad y el uniforme. Ya que estoy seré muy, pero que muy extraña, ¡sí!, el compromiso marca la diferencia… hasta me veo de secretaria de dirección en su ejecutiva como lo haga sudar de lo lindo: una promesa es una promesa, eso dijo. ¡Total!, lo niego todo, incluso lo que veo, como cualquier ciego que se precie.

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