febrero 2019

28
Feb

Caminar lloviendo ayuda a tomar decisiones

Caminar lloviendo, contendiente, donde ni el agua corre pareja, tiene sus claves de bóveda. Tiene ese valor añadido de las verdades que parecen de mentira. Pero no hay mejor fuente de acoso e invasión de la intimidad que esa extraña soledad; son pasos irregulares, también tapetes y casualidades que rigen la atracción y el amor, decisivos contra el signo de los tiempos. Papeles importantes como las gotas escamoteadas o impetuosas, de bondad o maldad, que mojan abiertas. Eternidades que se escurren, tan infinitas, que se anclan en su entera libertad. Sintonías que te colocan y descolocan, haciendo gestos que no son normales y al tiempo parecen peregrinos, sin riesgo, sin valentía, sin emoción. Carruseles que aguardan y se repiten. Ventajas insalvables del encogerse y estirarse ante uno de los mayores espectáculos del firmamento. Sensaciones en las que el pasado más remoto se convierte en un nuevo presente. Miradas de inocencia y juegos de espejos: opciones. 

Caminos que se echan en falta, de andares sencillos para colocarse en el centro del foco. Un placer inusual, desobediente, de portentosa negación, donde se atisban miradas soberbias, ansias instintivas e hilos sin emociones. Y titiriteras conversaciones aleatorias con uno mismo por cuanto las ausencias provocan una explosión de vida. Decisiones. 

21
Feb

Perspectiva global e integral

De cuando la vida es tan incierta, sí, incierta, las oportunidades deben aprovecharse en el momento que se presentan. Eso se decía quien no quería que le olvidasen, o sí, mano a mano en su perspectiva, necesitando tiempo, tiempos, ya ni creyendo en nada global e integral, obligado a aceptar su condena. Modernidades que no se podían rayar con tiza en pared alguna.

La cárcel carecía hasta de esas anestesias, miradas, unidades y latidos varios, convivencias de pobres ricos. Su ciencia, su negocio, por extraño que fuera o fuese, era el silencio como tal. Otra dieta de poder. Algo que tampoco se podía escribir ni rayar para discernir las nadas y los todos.

A falta de ello, dedos, dedos y más dedos: índices, pulgares, corazones y otros que sabían de más, silenciados e integrados; de lo poco o mucho que le quedaba al prisionero, preso. Y esa idea que se le dejaba caer: otra de sus suertes. Todavía le quedaba media hora para perder la cabeza en la abrupta piel de los barrotes, allá, en el fondo de la mirada… y la memoria del agua, claro, que era lo único gratis.

 

14
Feb

Mejor eso que cosas peores: amores perros

No estaba ni para un esfuerzo de imaginación: exhausta, brillante, famélica. Caminó extraña. Mejor eso que cosas peores. Amores perros tenía la jovencita, desnuda, que, por no saber, no sabía ni su nombre: pura serendipia.

Igual los árboles, muy contentos, redondos, lamentaron si cabe reconocerla en tal día, más desvelos no hubo. Ni de los pequeños burgueses sentimentales, esos trigos, muchas veces imposibles, cada cual, a su diferencia, su zumbido, su espiga. Quien más quien menos anduvo, en cierta manera: presos comunes.

8
Feb

Forolibro -Viento sobre el mar-

https://forolibro.com/2019/02/07/viento-sobre-el-mar-pebeltor-caligrama-2017/

https://www.pebeltor.com/viento-sobre-el-mar/

7
Feb

El hombre habla y la mujer guarda

De la cantidad de imágenes que vemos a diario, no dejo de pensar en esa en la que unas mujeres yemeníes estaban siendo tratadas con quimioterapia en una sala conjunta, tapadas conforme a las tradiciones que nadie debe criticar, máxime cuando se desconocen.

De lo bueno, que ellas tienen acceso a la medicina. ¿Por qué no?, aunque supongo que serán parte de la élite, por decirlo de algún modo. De lo malo, que quizás no sea lo más recomendable desde el punto de vista estrictamente sanitario tratar a alguien que no muestra más que las pupilas de los ojos y las manos, cuando precisamente no están bien, cubiertas por sus telas, oscuras. 

Es una reflexión respetuosa, bienintencionada. Partiendo de la base de esa otra percepción: sus poses. Por más que estén reclinadas en unos sillones medicalizados al efecto, no son precisamente alentadoras, sobre todo, cuando escrutas a fondo los ojos y la disposición de las manos, con tanto cableado y ese contraste del azul de las sábanas con sus negrores, protagonistas.

Igual, los credos, sean los que sean, tendrían un hueco de piedad, sanando; o las personas, hombres si acaso y mujeres, que a veces son más malas con ellas mismas que todas las creaciones posibles.

En su defecto, querría ver un tango como poco, por ejemplo; manejado por ella, de piernas naturales, marcando el paso. Sueros de esos también se echan en falta, así como los milagros, pues extrañamente todos estamos enfermos, y hay que escapar de todos los interiores.

No quiero ni pensar qué música tenían las mismas, intervenidas y ataviadas hasta la extenuación. Aunque sí, todo es muy interpretable. Me falta mucho mundo por conocer, pero es que uno ya nació condicionado, como todos… ¡qué pena!

Platón dijo: los buenos son aquellos que se conforman con soñar lo que los malos realizan. Luego, no estaría de más reconstruir el sueño de tanta imagen, con esas piernas sobrecargadas de lo brutal, sincero y espontáneo.

Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestra Política de cookies. Más información

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación, y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestra Política de cookies.

Cerrar