Hacia un pequeño pueblo perdido…

Todo es caos, todo es azar. Sombras, afán y paz dorada. Primera vez. 

Sonidos de tropiezos, de estar solo y bien acompañado, ecos de los días.

Ritmos e impulsos. Sueños, anhelos y presencias, que no vértigos. 

Relámpagos que se adivinan, que buscan lo que esconden.

 Peligros menos hondos, de los de poco a poco.

Fiebres inocentes, rumor y vagar de miradas.

Otro dolor de heridas; otros silencios neutros. 

Dulce piel que así se mueve;

dulce desdén de ojos, soles y caminos;

dulce habitar la tierra de culpas

Todo es caos, todo es azar. Más todo es relativo. 

Ni el doble fondo de un niño cogiéndose a la mano de su madre.

Ni la espesa corteza de los días. 

Firme aceptación,

firme gesto del tiempo.

Las cosas como son.

 

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