¡Aquí!, ¡miren aquí! Bienvenidos al gran espectáculo. Las sobredosis son la causa principal de las muertes accidentales en las grandes ciudades, pocos lo saben. En parte son homicidios, luego ya no son tan malas noticias de entrada, sino que se asumen -como amigos de todos, amigos de nadie- o eso debemos hacer.

Lo mismo que con el futuro de la medicina. Unos dicen esto, otros aquello, y la aprobación de revolucionarios tratamientos genéticos en la era digital donde todos somos unos novatos se imagina de otro modo muy distinto a lo absoluto, que es como se gestionan. El CEO de una gran farmacéutica afirma que todavía los tratamientos pueden ser más caros. No sé si es uno de nosotros. Descubren especialidades tan esenciales en las mejores compañías que los buenos días son distintos cuando todo es posible. Ven normal que un tratamiento para un niño se cifre en cuatrocientos setenta y cinco mil dólares y casi que hace el saludo al sol disculpándose a sus accionistas por no haber llegado con el precio al millón… Hoy día, como ayer, tener una empresa de esas es especular: sangre de cristal, la vieja guardia. Ellos descubren nuestro ecosistema, el ADN como dicen, y suscriben voz y agua para consumirnos. Nada les sale gratis, pero ellos dejan de hacer, confiados en rentabilidades. Visten de moda esos tratamientos tan magníficos porque aducen que en sus Apocalipsis siempre hay otros más caros, como trasplantes, infieren cuales expertos. Pero el beneficio siempre es privado, y sus proyectos tienen crédito: llegan siempre a tiempo, ¿aún no se han extinguido las especies que pagan?

Yo no sé si dejarme de chorradas y echarle valor o serles de crónicas escoradas. Efectivamente es así: desiertos sonoros, leucemia y tantos otros relatos en cadena. Lo que me da menos confianza es que me digan, que esos hospitales tan privados y tan buenos para la salud (los de los milagros), al final ponen lo mismo que los otros cuando realmente el tema es grave y urgente: que no hay más medicamentos. Las atenciones son otro tema, otros beneficios. Como ciudadano no entiendo el funcionamiento de esa industria, no puedo entenderla ni aun queriendo… La conspiración para elevar los precios es dura. Corrupta en términos absolutos. Los seguros son otro género más, anuncian y venden igualmente. Lo que no sé es cuál es la visibilidad cero. Extraño, necesito lo que necesito.

Luego está lo de la filosofía digital tan innovadora, con la que nos decían los de oficio descubridores que era la solución, que todo tendría descuentos… Sueños y esfuerzos cooperativos dicen. El hijo de un amigo, tras tener el mejor currículum y sus muchas recomendaciones cobrará como becario, y dando gracias, mil euros para investigar en un grupo de esos tan comprometidos con la biotecnología. Sus padres piensan en el ahorro por tenerlo cerca, y colocado, por un año y algo más. No sé si estamos perdiendo nuestro significado. Sólo investigará, pero da que pensar. Nunca nadie es quien parece ser. Ya se decía antes: no hay monasterio que no cultive tabaco.

 

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