Huellas:

otras máquinas,

vidas a través de las ventanas,

seres gregarios, pies que nos mueven,

y la felicidad solitaria, sufrida, necesitada.

Demonizar el tiempo se podría decir, extrañar.

Es el juego sucio de ser condescendiente,

y no, nadie quiere eso ¿verdad?

De manera demoledora

 lo queremos todo,

lo incondicional

y complejo,

todo.

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