-La moda ha cambiado, el sistema ha cambiado -y muchas más cosas les dijo a su chófer y escolta. Uno con vaqueros y jersey de punto azul marino, favorecedor. El que aparecía y desaparecía del mapa, y nada de hombreras.

Considerado uno de los guardianes más violentos y agresivos, barajó un posible suicidio. La muerte de un gestor, más cercano al despido que a la gloria, en el garaje de su casa. Fue encontrado sin vida en su residencia. Un oscuro incidente de alguien que no llevaba una vida tan glamurosa como se pudiera sospechar de alguien con su fortuna. Varios miles de millones.

Educado en lo contrario, Texas sí que le hacía sombra al padre de familia y presidente de la compañía. Nada sabía el chófer sobre los delitos de corrupción y enriquecimiento ilícito: conducía, escuchaba y poco más. Estaba en ello, en lo de andar y saber poner silencio al escándalo, junto a su jefe:

-Ni especial, ni de favor ni en contra. Tratamos a todas las personas igual -afirmó el multimillonario modista y empresario.

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